¿Por qué la actividad física está recomendada como
tratamiento de las enfermedades reumáticas?
Se ha demostrado que la actividad física en el
tratamiento de las enfermedades reumáticas como la artritis, la artrosis, está
recomendado ya que combate los efectos debilitantes de la enfermedad. En primer
lugar haciendo que el líquido sinovial fluya entrando y saliendo del cartílago,
de manera que lubrica y nutre el constante movimiento del líquido, dentro y
fuera del esponjoso tejido que forma el cartílago, lo cual mantiene húmedo,
sano y bien nutrido. Pero sin la presión que ejercen el movimiento y el
ejercicio, el líquido sinovial dejaría de fluir y el cartílago se resecaría y
se haría más delgado, como si se tratara de un pedazo de cuero viejo, perdiendo
con ello su elasticidad. Esto explica en parte por qué las personas que padecen
artritis a menudo sienten más molestias tras un período de inactividad, la
articulación ha pasado cierto tiempo sin ser nutrida adecuadamente.
La segunda manera en que el ejercicio combate los
efectos debilitantes de la artritis, es fortaleciendo las estructuras de
soporte (músculos, tendones y ligamentos) e incrementando la amplitud de movimiento,
la capacidad de amortiguación y la flexibilidad de las articulaciones. Un buen
tono muscular, tendones y ligamentos fuertes pueden resistir el impacto que
supone el movimiento para las articulaciones, además de contribuir a que los
huesos soporten más fácilmente el peso del cuerpo.